EL SACERDOCIO
La vocación
al sacerdocio es
Un misterio
de amor entre
un Dios que llama por amor y un hombre que le responde libremente y por amor.
Un llamado a ser puente entre Dios y
los hombres.
Un llamado a seguir en el mundo, para
salvarlo, pero sin ser del mundo.
La decisión de un joven que quiere
dedicar su vida a ayudar a sus hermanos a salvar sus almas y hacer este mundo
más como Dios lo pensó.
La vocación
al sacerdocio no es:
Un
sentimiento:
se suele decir que "siento la vocación". En realidad la vocación no
se siente. Es, más bien, una certeza interior que nace de la gracia de Dios que
toca mi alma y pide una respuesta libre. Si Dios te llama, la certeza irá
creciendo en la medida de que tu respuesta vaya siendo más generosa.
Un destino
irrevocable (ineludible):
Muchos creen que el que tiene la vocación "se va porque se va". No.
La vocación es un misterio de amor y el amor es siempre libre. Si yo no
respondo con generosidad, el llamado de Dios queda frustrado.


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